La salvación y la navidad: ¿Qué vino a corregir Jesús?
Milton
Acosta, PhD
La
respuesta corta que el Evangelio da a esta pregunta es, todo. Pero esto a su
vez levanta por lo menos cuatro preguntas, ¿de qué manera? ¿Por mano de quién? ¿En
qué orden? Y, ¿en cuánto tiempo va Jesús a corregirlo todo? Las respuestas que
los cristianos hemos dado a esta mínima lista de preguntas a lo largo de la
historia han producido todas las teologías, liturgias, denominaciones e
iglesias que a su vez han generado formas de comprender la totalidad de la vida
aquí y en el más allá. Es pues claro que no es en este blog donde vamos a
responderlas. Nuestra respuesta será más bien modesta; es decir, minimalista; para
ello un salmo.
El salmo
132 “está estilizado en forma de liturgia” (Schökel y Carniti 1993, 1532-33); habla de dos alegrías, la que
David esperaba al encontrar un lugar para el Señor (2S 6) y la que produce la
victoria contra los enemigos; ambas cosas son salvación. Pero el tema central
del salmo parece ser el renacimiento del poder de David, es decir, la esperanza
mesiánica que traerá las dos alegrías y otras más. Estos son temas del reino de
Dios, importantes en el exilio y el retorno; también en tiempos de Jesús (Lc
19:11).
La
designación de Cristo y la iglesia como el templo donde habita la presencia de
Dios ocurre en varios lugares del Nuevo Testamento (Jn 2:19-21; 1Co 3:17; 6:19;
2Co 6:16; Ap 3:12; 7:15; 11:1-2; 21:22; Ef 2:20-22). Quizá por eso es tan
importante para Pablo recolectar dinero en todas las iglesias para los
creyentes de Jerusalén que están padeciendo necesidades económicas (Co 16:1-4;
2 Co 8:1–9:15; Gal 2:10; Ro 15:25-31). Se trata del templo de Dios, el nuevo
edificio hecho de piedras vivas (1P 2:5). Aquí hay una primera corrección para
los creyentes.
Salmo
132:15-16 presenta un retrato adicional de la salvación que trae el mesías. Se
trata de la bendición para una ciudad, manifestada de tres maneras: abundancia
de alimentos para los pobres, vestido de victoria para los sacerdotes y alegría para los fieles. Estas tres imágenes
contienen actores que de alguna manera reúnen a toda la sociedad. La salvación
no es cosa individual. Esta es una segunda corrección.
Se entiende
que se hable de alimento para los pobres y de la alegría de los fieles, pero causa
intriga que la victoria sea de los sacerdotes y no del rey y los militares. De
todos modos las abundantes referencias a David en el salmo impiden quitarle su
carácter monárquico, mesiánico y davídico.
La
abundancia de alimento para los pobres es descrita aquí como bendición. El
mismo rey que construye el templo, salva al pueblo de los enemigos y hace
posible que la abundancia llegue hasta los más pobres. Dudo que se refiera a
Salomón, el rey de los impuestos.
Con lo que
hemos dicho no resolvemos ninguna de las preguntas iniciales, pero sí podemos vislumbrar
qué significa preparar el camino para que Jesús empiece a corregir lo que
necesita corrección, como hizo Juan el Bautista (Lc 3:10-11). Esta marca de
Juan la notó el historiador Josefo (Nunnally 2012, 303). El salmo 132 sugiere algunas ideas
claras que podrían a su vez indicarnos formas como los que los imitadores de
Juan, es decir, “los juanes” preparamos el camino del salvador, sin importar el
color de la camisa. Tercera corrección.
Felicidad
completa no puede haber mientras haya gente marginada, en la periferia
geográfica, económica y social; por eso el salmo 132 incluye a los que no
tienen acceso al mínimo decente de los bienes y riquezas que la nación posee; de
ellos se ocupó Juan y así preparó el camino para la venida del Salvador, quien a
su vez hizo lo propio. Nadie que no esté dispuesto a dar todo a los pobres y
que no quiera hablar palabras vacías debería atreverse a decir que “el dinero
no compra la felicidad” o que “lo más importante de la Navidad es Jesús”.
En
síntesis, la manera como entendemos la salvación va de la mano de cómo
entendemos la Navidad. Tal vez en esto también haya algo que corregir. La
recolecta de regalos que las iglesias hacen en Navidad para los pobres quizá demuestra
que se ha establecido una conexión entre esta celebración y la salvación, como
lo hizo Pablo. Bueno sería que esa conexión se aplicara a todo y de manera
permanente, como por ejemplo, la defensa de la educación pública, una de las
pocas posibilidades que tienen muchos para salir de la pobreza. Así que hay que
preparar el camino del Señor y el de los estudiantes.©Milton Acosta 2018
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