Lo
que todo elector debe saber
Milton
Acosta, PhD
Muchas cosas han cambiado a lo largo de la historia, pero
la forma de llevar a cabo una campaña política parece seguir siendo la misma
desde antes de Cristo. No exageramos. Analice lo que sigue a continuación y
dígame si no es lo mismo que vemos hoy:
1. El candidato presenta una imagen que lo haga ver
fuerte y convincente.
2. La disciplina y la dedicación son fundamentales
para la campaña.
3. El candidato debe tener mucha visibilidad, aparecer
donde la gente lo puede encontrar.
4. Es importante tocar la fibra de las frustraciones
que sufre la gente.
5. El candidato debe manifestar un interés por la
región de donde es cada persona para mostrar que será un gobernante para todos,
sin discriminación ni regionalismos.
6. El candidato es empático, se identifica con los
problemas de la gente y les concede la razón.
7. El desprestigio del gobierno actual es fundamental.
8. Aunque nunca en su vida haya hecho nada que valga
la pena, el candidato se presenta como el único que puede solucionar verdaderamente
los problemas de las personas.
9. El candidato se iguala a la gente para que lo
sientan como uno de ellos, del pueblo.
10. El cariño del candidato debe ser evidente.
11. El candidato debe llegar a la mayor cantidad de
gente posible con el fin de alcanzar una base amplia de apoyo.
12. Y por último, se logra el resultado anhelado, el
político se gana el cariño y el apoyo de la gente.
Estos doce componentes que acabamos de enunciar
describen la campaña proselitista de Absalón, como la registra la Biblia en
apenas seis versículos; es exactamente igual a lo que hacen los políticos hoy
en día. Aparentemente siempre ha funcionado. Impresiona la brevedad del relato
bíblico, que prácticamente es el manual universal de todo político en campaña:
Pasado algún tiempo, Absalón consiguió carros
de combate, algunos caballos y una escolta de cincuenta soldados. Se levantaba temprano y se ponía a la vera del
camino, junto a la entrada de la ciudad. Cuando pasaba alguien que iba a ver al
rey para que le resolviera un pleito, Absalón lo llamaba y le preguntaba de qué
pueblo venía. Aquél le decía de qué tribu israelita era, y Absalón le
aseguraba: “Tu demanda es muy justa, pero no habrá quien te escuche de parte
del rey.” En seguida añadía: “¡Ojalá me pusieran por juez en el país!
Todo el que tuviera un pleito o una demanda vendría a mí, y yo le haría
justicia.” Además de esto, si alguien se le acercaba para inclinarse ante
él, Absalón le tendía los brazos, lo abrazaba y lo saludaba con un beso. Esto hacía Absalón con todos los israelitas
que iban a ver al rey para que les resolviera algún asunto, y así fue ganándose
el cariño del pueblo.
2 Samuel
15:1-6 (NVI)
Cuando lleguen las elecciones, cuídese de tanto
Absalón que anda por ahí; vote por hechos y verdades, no por imagen y
banalidades. Y si está buscando una iglesia cristiana, asegúrese que el
ministro tampoco haya estudiado con el manual de Absalón.©2014Milton
Acosta
5 comentarios:
Milton, fascinante análisis... ¡y tan actual! Te felicito hermano por ayudarnos a ver cómo nos habla la Palabra, de una manera tan clara y tan amena.
Muy oportuno, cae muy bien a los nuestros, q nunca vemos ni escuchamos en 4 años
Absalones y absalonas...ya abundan también ellas.
visitándoles nuevamente, Dios les continúe bendiciendo
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
Gracias por enseñarnos la condición del hombre frente a la empatía por encima de los méritos que deberían ganar un voto. Estamos en un momento de nuestro país donde como ministros del Señor es primordial enseñar a la iglesia a juzgar sabiamente.Bendiciones
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