abril 16, 2007

Me voy donde Dios no me encuentre
La conducta es producto de la teología
©Milton Acosta 2007

Las primeras cuatro palabras del libro de Jonás son una fórmula hebrea muy común con la que se introduce la comunicación de Yavé con un profeta. Y hay que decir que con un profeta auténtico; se usa con Samuel (1 Sam 15:10), Natán (2 Sam 7:4), Elías (1 Re 17:2; 21:17), Isaías (38:4), Jeremías (1:4, passim), Ezequiel (3:16, passim), entre otros. Así pues, de entrada se prepara al lector para encontrarse con un hombre de Dios.

Seguidamente, y como es de esperarse, vienen las palabras del mensaje que Yavé habla a su profeta. En contraste con los otros lugares donde “vino la palabra de Yavé,” las palabras que Dios habla a Jonás son apenas unas cuantas y el mensaje que Jonás debe comunicar en realidad no se lo dicen, sino la razón por la que debe predicar: “Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella porque ha subido su maldad a mi presencia” (v.2). Los dos imperativos (levántate, ve) parecieran indicar un sentido de urgencia.

El v. 3 inicia con el mismo verbo del versículo anterior, “levantarse.” Así las cosas, uno esperaría que todo se va a cumplir, pero no. Así como Yavé usa los verbos (imperativos) “levántate” y (pro)“clama,” las acciones de Jonás también se describen con dos verbos de acción (uno en forma vayyiqtol y el otro en infinitivo). Jonás “se levantó,” pero no para ir a Nínive a predicar, sino “para huir de la presencia de Yavé.” ¿Cómo se puede huir de Dios? No se puede. El resto del libro se encarga de demostrarlo hasta la saciedad; pero eso es precisamente lo que Jonás intenta hacer.

Tal parece que Jonás tiene una teología geográfica, cosa que no es propia de la teología bíblica, pero sí de los pueblos vecinos de Israel, cuya influencia Israel no siempre pudo evitar del todo. Otro caso notable de esta forma de pensar viene de la época de los Jueces. Jefté fue valiente guerrero, pero muy mal teólogo. En una disputa territorial con sus vecinos amonitas, afirma lo que un verdadero yavista no debe afirmar: “¿No posees tú lo que Quemós, tu dios, te ha dado a poseer? Nosotros también poseemos todo lo que Yavé nuestro Dios les quitó a ellos [los amorreos] para darnos a nosotros” (Jueces 11:24). Jefté cree que así como Yavé le ha dado a Israel su territorio, Quemós es igualmente poderoso para dar tierras a los amonitas (cp. 1 Re 20:23). Esto es lo que se conoce con el nombre de henoteísmo o monolatría: se cree en un dios nacional territorial, pero no se desconoce a los otros dioses como igualmente reales y poderosos. ¡Ah regaño que se hubiera llevado Jefté de Ana (1 Samuel), de Isaías (44) o de Pablo! (1 Cor 10:19–20).

Volvamos con Jonás. Consecuente con su errónea percepción de Dios, Jonás decide huir de Dios y toma rumbo en dirección opuesta a donde Yavé lo había mandado. Se va hasta Jope, en la costa oriental del Mediterraneo para tomar un barco. Jonás primero “sube”: y Dios le dijo a Jonás “levántate” (qum) y el “se levantó” (vayyaqam); y después “baja.” A partir del v. 3b empieza a bajar: primero “desciende (vayyered) a Jope” y luego “desciende” (vayyered) al barco. También debe notarse aquí el juego de ideas con “huir” o “perderse” (de Dios) y la de “encontrar” (un barco). La claridad de la intención de Jonás de “huir de la presencia de Yavé” es el tema de la primera sección del libro pues aparece tres veces en los vv. 2–3.

Pero Jonás no es diferente a los demás seres humanos. Sus acciones están determinadas por su teología. Cree que la presencia de Dios está circunscrita a cierto lugar, entonces la manera de huir de Dios es alejarse de ese lugar. La secuencia de cinco verbos de acción (vayyiqtol) en el v.3 acelera la acción y nos muestra que Jonás va a toda marcha en su propósito de huir de Yavé. Pero, como hemos dicho, a partir del v. 4 el texto nos va a mostrar la imposibilidad de tal empresa. Podemos decir que la acción de Jonás es incorrecta por ser producto de una teología equivocada, pero ¿qué diremos de quien afirma que Dios está en todas partes, pero conscientemente comete ciertos pecados cuando está solo o nadie lo está viendo? ¿Tiene otro problema teológico?
©Milton Acosta 2007