abril 28, 2008

Propuesta Matrimonial

Una Mujer le Propone Matrimonio a un Hombre (3)
¡En la Biblia!
©2008Milton Acosta

... continuación
Rut es un libro muy estudiado por los lectores de la Biblia. Se usa tanto para afirmar a las mujeres como para afirmar lo que las mujeres no deben ser ni hacer.[1] Sin duda es un libro fascinante por la trama y por los detalles. Rut 3 relata con lujo de detalles una parte esencial de esa intrigante trama. Este capítulo inicia la solución del problema planteado al comienzo, cómo es que habrá descendencia para Elimelec.[2]
El lector cristiano de la Biblia debe ejercitar la humildad[3] en la interpretación de Rut 3. Por mucho que uno quisiera, no hay un texto bíblico ni extrabíblico que explique la costumbre por la cual Noemí le dice a Rut que haga lo que hizo. Sin embargo, quedan algunas precisiones clave por hacer para entender. Hay argumentos que se pueden esgrimir a favor de la probable costumbre para así aclarar esta embarazosa escena. No se trata de defender la reputación de Rut en contra de la evidencia, sino de evitar que nos convirtamos en ‘descodificadores aberrantes’, como de hecho los hay.[4] P.ej., afirmar que Rut estaba desnuda[5] y que es una desvergonzada es como afirmar que el profeta Eliseo era un violador, padre del hijo de la Sunamita, o que Blanca Nieves era una prostituta que se acostó con los siete enanitos, uno cada noche.[6] Así, se llega a una “interpretación aberrante” sea por no percibir los sentidos metafóricos de un texto o por inventarlos donde no existen.
Primero, parece que sí se trata de un “medio acostumbrado” para proponer matrimonio, porque, junto con las instrucciones, Noemí le dice a Rut “él te dirá qué debes hacer.”[7] Esto sugiere que se trata de una práctica establecida y sabida, es decir, de una costumbre; la cual debe entenderse en el marco de la ley del levirato: la viuda sin hijos se casa con el familiar soltero más cercano al difunto.[8] Hay más costumbres en Rut 4.
Segundo, la Biblia no cuenta historias para idiotas ni espera que nos hagamos los idiotas al leerla. Si un tipo viola a una mujer, la Biblia lo cuenta (Jue 19, 2 Sam 13), si quiere hablar de erotismo, lo hace (Cantar de los Cantares); de modo pues que no es necesario ponerle al texto suspicacia ni malicia cuando no la tiene. Es decir, Rut 3 no trata de una historia eufemística que en realidad quiere contar “otra cosa”.
Tercero, el lector debe preguntarse si Rut es el libro de conductas ilícitas e inmorales. No parece. Por lo tanto, es difícil sostener que se trata de engañar a Boaz[9] si lo primero que hace Rut es decir su nombre y por qué está metida en su cama. Además, Boaz dice que Rut es una mujer virtuosa. Mujeres con este título sólo hay dos en la Biblia, la de Proverbios 31 y Rut. Es probable que la ubicación de Rut en el canon judío sea hermenéuticamente importante pues al capítulo sobre la mujer virtuosa de Proverbios 31, le sigue el relato de Rut.[10] Habría que descodificar esto mal también y concluir que por mujer virtuosa Boaz quiere referirse a la mujer mala de Proverbios. Eso sería el colmo del lector, no sólo aberrante, sino depravado.
En cuarto lugar, es igualmente importante lo que dice el libro sobre Boaz: aunque es el patrón con posición susceptible al abuso, demuestra ser un tipo correcto; es el dueño de la finca, no se nos olvide, pero hasta la fecha se ha mantenido probo; da la impresión que sus empleados lo quieren y lo respetan. Además, el texto nos da un par de datos que deben hacer pensar que Boaz “no es el tipo” de las cosas inmorales. Él mismo dice que no es un jovencito (3:10) y llama a Rut “hija mía,” de la misma forma como la llama Noemí, la suegra de Rut. Finalmente, se debe reconocer que el relato muestra una “acción simbólica”, narrada en forma de suspenso.[11] Otros la han llamado ‘historia de sorpresa.’[12] Por eso nos da el escritor bíblico todos los detalles: “he aquí a la media noche se sobresaltó el hombre cuando al voltearse y he aquí una mujer acostada a sus pies” (Rut 3:8). Los dos he aquí y el sobresalto, indican clara y literalmente que ¡el tipo se asustó y pegó un brinco! En otras palabras, aún si era “plan de seducción” aparte de toda costumbre, el susto lo hubiera arruinado todo. FIN
©2008Milton Acosta

[1]Un excelente planteamiento de este asunto puede verse en Musimbi Kanyoro, "Reading the Bible from an African Perspective," Ecumenical Review 51 (1999).
[2]Johanna Klugkist, Die Bücher Ruth und Esther der Bibel: Interpretation und Vergleich (s.l.: GRIN Verlag, 2005), 27.
[3]Véase la magistral exposición de esta virtud en Kevin J. Vanhoozer, Is There a Meaning in This Text? The Bible, the Reader, and the Morality of Literary Knowledge (Grand Rapids: Zondervan, 1998), 455–468.
[4]Umberto Eco, Los límites de la interpretación, trans. Helena Lozano (Barcelona: Lumen, 1992), 25, 190.
[5]K. Nielsen, Ruth: a commentary, trans. Edward Broadbridge (Louisville, Kentucky, EE.UU.A.: Westminster John Knox Press, 1997), 80.
[6]Véase Yairah Amit, "The Shunammite, the Shulamite and the Professor between Midrash and Midrash," JSOT 93 (2001).
[7]K. Lawson Younger, Jr., Judges and Ruth (Grand Rapids: Zondervan, 2002), 459.
[8]Sin duda se trata de una especie de extensión de la ley del levirato (cp. Deut. 25:5–10; Levítico 25). Véase Roland de Vaux, Ancient Israel: Its Life and Institutions, trans. John McHugh (Grand Rapids and Livonia, MI: Eerdmans and Dove Booksellers, 1997), 21–22. Cp. David M. Howard, Jr., An Introduction to the Old Testament Historical Books (Chicago: Moody Press, 1993), 132–133.
[9]Tod Linafelt, Ruth (Collegeville, Minnesota, EEUUA: The Liturgical Press, 1999), 48.
[10]Carlos Bovell, "Symmetry, Ruth and Canon," Journal for the Study of the Old Testament 28, no. 2 (2003).
[11]Younger, 460–461.
[12]L. Ryken, J. Wilhoit, y T. Longman III, eds., Dictionary of Biblical Imagery (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1998), 829.

abril 04, 2008

Propuesta Matrimonial

Una Mujer le Propone Matrimonio a un Hombre (2)
¡En la Biblia!
©2008Milton Acosta
... Continuación
No sabe uno la trapisonda exegética en la que se mete al tratar de entender una historia como esta. Es curioso, entre otras cosas, que la parte del libro de Rut que sí tiene que ver con matrimonio (capítulos 3 y 4), (casi) nunca aparece en los sermones de matrimonio, mientras que la parte que no tiene que ver con el asunto es la que con frecuencia aparece (Rut 1:16–17). De todos modos, el asunto no es sólo que una mujer le haya propuesto matrimonio a un hombre, sino ¡de qué manera! Lo primero es eso de “descubrir los pies.” Este verbo que se usa aquí (hebreo: galah) aparece en situaciones diversas de “relaciones sexuales ilícitas,”[1] especialmente Oseas 9:1, como bien lo nota Linafelt.[2] Lo segundo es que en el Antiguo Testamento no es raro el eufemismo de “pies” para referirse a partes íntimas y órganos sexuales tanto de hombres como de mujeres (Ex 4:25; Jue 3:24; 1 Sam 24:3; Deut 28:57; 2 Reyes 18:27; Isa 7:20; Ezeq 16:25). No le quepan dudas.
Las connotaciones sexuales de toda la situación, en tercer lugar, se incrementan al descubrir que a los pies se añade el acostarse en la cama del tipo.[3] Y para completar, aparecen otros dos verbos hebreos comunes en las escenas de sexo: conocer y entrar. De modo pues que no vamos a jugar a los inocentes tampoco; hombre, es que por mul y a los pies que haya sido, es de noche, están en la cama, están acostados, son un hombre y una mujer, ¡y el tipo se ha tomado unos tragos! Sin embargo, y a pesar de todo lo dicho, debemos preguntarnos si la sensualidad y malicia están en el texto o se la ponemos nosotros. La pregunta la hacemos porque no se pueden interpretar las costumbres de otras culturas desde una cultura ajena y distante. Por ejemplo dos hombres tomados de la mano en la ciudad de San Francisco (California) muy probablemente significa que los tipos son homosexuales. En Cambio, sería ofensivo y aberrante interpretar esta misma escena de la misma forma si la observamos en algunos países de África, donde es normal y costumbre que los hombres se tomen de la mano.
De modo pues que el intérprete de la Biblia necesita ser sensible a las costumbres antiguas. Pero siendo honestos, tenemos que decir que no siempre sabemos y tampoco tenemos siempre forma de saber cuando algo en la Biblia se hace por costumbre. Que la situación de Rut y Boaz tiene connotaciones sexuales, sin duda. Que sea una escena de sensualidad y provocación, quién sabe, eso es lo que estamos tratando de determinar. Como quiera que haya sido, si eran los pies o las piernas o un eufemismo, la escena no deja de ser escandalosa para Boaz ni peligrosa para Rut.[4] Hay por lo menos dos alternativas: (1) a Rut se le podría haber acusado de “igualada” al pretender subir en la escalera social tratando de casarse con un rico; y (2) Boaz pudo haber aprovechado la oportunidad para obtener placer sexual, lo cual hubiera resultado en una humillación para Rut.[5]
Costumbre o no, la metida de Rut en la cama de Boaz, es, sin lugar a dudas, una propuesta de matrimonio que una mujer le hace a un hombre en el tiempo de los jueces; hace más de tres mil años. Pero queda todavía otro problema con la forma y el lugar de la propuesta, por si tenemos dudas: Rut, una vez descubierta e interrogada sobre su identidad, dice: cúbreme con tu manto, soy tu pariente (3:9). ¡¿Cómo?! Eso dice Rut. No hay nada que hacer.
Y volvemos a las preguntas. ¿Se trata de alguna costumbre antigua? ¿Pueden ayudarnos en algo los léxicos y las gramáticas hebreas para que esto no sea tan... tan... cómo le digo... pues digámoslo de una vez y como es... tan indecoroso? ¿Es esto sólo el producto de dos mujeres desesperadas por encontrarle marido rico a la viuda joven y pobre? ¡Tremendo lío este! Con razón un autor ha llamado este capítulo: “un encuentro ambiguo en la noche.”[6] Además, ¿qué necesidad tenía el escritor bíblico de darnos todos estos detalles? ¿Por qué no dijo “se casaron” y punto? ¿Es Rut una atrevida acolitada por una suegra sinvergüenza o meramente están procediendo según la costumbre? ¿Que tiene de “virtuosa” (Rut 3:11) una mujer que ha hecho lo que Rut acaba de hacer? continuará ...
©2008Milton Acosta

[1]Robert L. Hubbard, Jr., The Book of Ruth (Grand Rapids, Michiga, EEUUA: Eerdmans, 1988), 203.
[2]Tod Linafelt, Ruth (Collegeville, Minnesota, EEUUA: The Liturgical Press, 1999), 49.
[3]Hubbard, 203.
[4]Linafelt, 49.
[5]K. Lawson Younger, Jr., Judges and Ruth (Grand Rapids: Zondervan, 2002), 460.
[6]Linafelt, 45.