abril 12, 2010

Ayunar o no Ayunar

El tiempo y la teología del ayuno

Milton Acosta, PhD

Jesús es un provocador que produce discípulos provocadores. Un provocador es aquella persona que por causa de sus convicciones (o para llamar la atención) piensa, habla y se comporta de manera distinta y a veces contraria a la costumbre. Jesús fue un provocador porque pensaba y actuaba distinto a las convenciones éticas y religiosas aceptadas. Mucho de lo que decía y hacía producía una reacción a favor o en contra. El Jesús lindo, dulce y suave que a todos les cae bien sólo existe en la imaginación de la acomodación. Por eso, cada generación debe asegurarse de releer los evangelios para no terminar jugando en Palestina con un Jesús de plastilina.

El interés de Jesús al provocar no es llamar la atención porque tuviera alguna deficiencia emocional, como ocurre con quienes quieren lucirse. Él simplemente vive según los criterios del reino de Dios y del momento específico que representa su venida en la historia de la salvación.

Las provocaciones más famosas tienen que ver con lo que Jesús y sus discípulos hacen el día de reposo y con la conducta de Jesús en el Templo. Pero no nos ocuparemos de eso esta vez. Nos interesa una provocación por algo que los discípulos de Jesús no hacen: ayunar como los discípulos de los fariseos y los de Juan.[1] Tan incómoda es la omisión que hasta los llaman “comelones y bebedores” (Lc 5:33–39).

Probablemente la pregunta sobre el ayuno no es hostil del todo; pero, además de curiosa, sí es desafiante. Si uno pregunta por qué no se hace algo es porque piensa que se debe de hacer; y más si se trata de la autenticación de la piedad. La pregunta reconoce que Jesús es un maestro con discípulos, pero al tiempo se le cuestiona por producir discípulos faltos de devoción y quizá de esperanza. Veamos entonces de dónde alimentaban los judíos sus ideas sobre el ayuno.

En el Antiguo Testamento hay un ayuno para el Día de Expiación (Lev 16). A partir del exilio se añaden cuatro ayunos más (Zac 8:19) y después otro (Ester 4:16 y 9:31). Por cierto, el ayuno es la única práctica religiosa mencionada en Esther.

Existe un ayuno de lamentación ligado a la condición de exilio (Zac 7:2–7). Como se observa en el Antiguo Testamento, el ayuno generalmente está ligado a una experiencia de crisis (Jue 20:26; 1S 7:6; 14:24; Joel 1:14).[2]

Para los judíos del primer siglo, los ayunos frecuentes son marcas de los grupos de “renovación”.[3] Se puede suponer que ayunaban por la situación de exilio que experimentan en su propia tierra, al estar bajo el control de los romanos. El ayuno es marca de espiritualidad; algunos lo hacían dos veces por semana (Lc 2:37; 18:12). ¡En síntesis, esta gente ayuna!

El texto pseudo epigráfico conocido como Apocalipsis de Elías (1:13–21),[4] dice tres cosas del ayuno: (1) que Dios lo creó; (2) que ayuda a combatir las pasiones; y (3) que se debe practicar continuamente (el ayuno, no las pasiones) con un corazón puro.[5]

La respuesta de Jesús al cuestionamiento que se le ha hecho es doble, pero doblemente enigmática y probablemente cargada de mucho contenido. Por un lado dice que sus discípulos no pueden ayunar porque no es momento de ayunos pues están de fiesta. Él es el novio que está de fiesta con sus amigos los discípulos. Por otro lado dice que una vez que el novio sea quitado, entonces ayunarán. Es decir, ahora no, pero después sí.
©2010Milton Acosta
Continuará . . .


[1]Aparentemente algunos continuaron siendo discípulos de Juan aun después de que Juan estaba preso (Mc 6:29; Mt 11:2–3; Hech 18:25; 19:1–7).

[2]David P. Wright, "Day of Atonement," in Anchor Bible Dictionary, ed. David Noel Freedman (New York: Doubleday, 1992).

[3]R. T. France, The Gospel of Mark: a commentary on the Greek text (Grand Rapids: Eerdmans, 2002), 137–138.

[4]Internet, The Apocalypse of Elijah(2010, accessed Abril 12); available from http://www.3-in-1.net/Pseudepigrapha/Apocalypse%20of%20Elijah/The%20Apocalypse%20of%20Elijah.htm.

[5]El documento conocido es cristiano y proviene del siglo tercero d.C. pero se supone que es del siglo primero. Contiene una mezcla de pensamiento judío y cristiano.