diciembre 04, 2006

¿Quién Quiere Ser Millonario?


Milagros Prepago y Pospago
©2006Milton Acosta

Guejazi[1] quería ser millonario y quería serlo con el poder de Dios (2 Reyes 5:20–27). Cuando vio que Naamán, el general arameo (sirio), había sido sanado de su lepra y que Eliseo lo iba a dejar ir sin cobrarle nada, se dijo a sí mismo: “mi señor ha dejado ir a este arameo Naamán así no más, y no ha recibido lo que le trajo; tan cierto como que Dios existe, iré corriendo tras Naamán y algo le quito” (v. 20). Tenemos aquí una “ironía trágica.” El juramento de Guejazi se cumple, pues de hecho obtiene algo de Naaman: su lepra. La ambición de Guejazi es tal que prácticamente se maldice a sí mismo. Así, el destino final de Guejazi se anticipa desde el primer versículo de esta sección.[2] De este modo 2 Reyes 5 comienza y termina con un leproso: “Naamán, el de afuera, es librado de la lepra; Guejazi, el de adentro, es entregado a la lepra.”[3]

Guejazi es un hombre pragmático. No puede aceptar que Eliseo haya rechazado los regalos de Naamán.[4] Por eso corre tras el general arameo antes que sea demasiado tarde.[5] Se inventa una historia y le saca a Naamán tres pares de cosas, que Naamán con mucho gusto le da: dos talentos de plata, dos mudas de ropa, y dos siervos para llevarlas (v. 23). Una vez que todo está escondido, y que los siervos de Naamán se han ido, Guejazi muy orondo regresa donde Eliseo y encuentra la sorpresa de su vida.

En contraste con el caso de la sunamita (donde Eliseo no sabe qué la acongoja–2 Reyes 4:27), esta vez Eliseo sí sabe qué ha ocurrido con su asistente. La reprensión es tan dura como enigmática: “¿acaso es este el tiempo de recibir plata y ropa, olivares y viñedos, ovejas y bueyes, siervos y siervas?” (v.26). Esta pregunta retórica tiene dos elementos[6] que bien valdría la pena explorar más, pero no tenemos espacio aquí. De todos modos, digamos algo brevemente.

¿Qué mal hizo Guehazi? Su pecado, además de la avaricia y el engaño, es teológico: “ha puesto en peligro la naturaleza misma de la fe y ha oscurecido la obra que Dios hace por gracia.” [7] Su teología es “bendición recibida, bendición pagada; prepago o pospago, pero pago.” Con la lepra, ahora Guejazi se encuentra en igual condición que Naamán antes de ser sanado y necesitará su propio peregrinaje para sanarse. Esta historia muestra también la movilidad de la raya “creyente-no creyente.” El de afuera entra por la gracia de Dios y el de adentro sale por el juicio de Dios. Además hay un pecado práctico en el sentido de que, a pesar de ser el acompañante de Eliseo, Guejazi actúa de su cuenta. [8]

Hay que tener pues cuidado de enseñar y recibir teología de la gracia y no teología de la lepra. Si el tema central de una predicación es alguna forma del título de este artículo, o si cualquiera que sea el texto bíblico del que se predica, la aplicación es una forma como se puede ser millonario, ud. puede estar casi seguro que no le están predicando el evangelio bíblico. El espíritu de Guejazi ronda por ahí diciendo: “deme dinero para que Dios lo bendiga” o “Dios lo bendijo, envíeme dinero.” Los “Guejazis” quieren ser millonarios con el dinero de quienes, pobres o ricos, religiosamente compran y pagan milagros.

[1]El nombre de este personaje bíblico aparece de diversas formas en las bíblias en español: Guejazi o Guejazí (Reina-Valera, B. de Jerusalén, B. del Peregrino, B. para todos), Giezi (B. de las Américas), Guiezi (NVI). La mejor transliteración de este nombre hebreo es la de las cuatro primeras.
[2]Rick Dale Moore, God Saves: Lessons from the Elisha Stories (Sheffield: Sheffield, 1990), 81.
[3]Terence Fretheim, First and Second Kings (Louisville, Kentucky: Westminster John Knox, 1999), 152.
[4]Los regalos de Naamán reflejan la costumbre de los pueblos en los tiempos bíblicos: pagar por los servicios de los profetas y videntes. Por eso, cuando Naamán se prepara para venir a ver al profeta, se asegura de traer abundantes regalos. Una vez sanado de su lepra, estos regalos serían entregados al profeta Eliseo. Y eso quiso hacer con insistencia, pero Eliseo le contestó: “tan cierto como que Yavé existe, no recibiré nada de ti” (2 Reyes 5:15–16).
[5]La forma como Guejazi saluda a Naamán y como la sunamita saluda a Guejazi refleja que la palabra shalom se usaba (y se usa hoy) en las conversaciones como un mero saludo sin ningún significado adicional.
[6]Los problemas son la lista de cosas que da Eliseo y el asunto del tiempo. Para más detalles, véase Milton Acosta, “The Role of the Poor and Marginal Characters in the Book of Kings: A Rhetorical Analysis of 2 Kings 2-8 and 13:14-21” (Ph.D., Trinity Evangelical Divinity School, 2004), 241–48.
[7]Fretheim, 155. Cf. L. Alonso Schökel, M. Iglesias González, Reyes, Los Libros Sagrados (Madrid: Cristiandad, 1973), 188.
[8]¿Qué tipo de lepra es esta? De este texto no se puede deducir la naturaleza exacta de la s[āra(at de Naamán. Véase Stanley G. Browne, "Leprosy in the Bible," en Medicine and the Bible, ed. Bernard Palmer (Exeter: Paternoster, 1986), 108.
©2006Milton Acosta

1 comentario:

Patricia Loza dijo...

que bueno, encontre aqui en tu blog, un trabajo que me mando mi profe,,, gracias