Una Mujer le Propone Matrimonio a un Hombre (3)
¡En la Biblia!
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Rut es un libro muy estudiado por los lectores de la Biblia. Se usa tanto para afirmar a las mujeres como para afirmar lo que las mujeres no deben ser ni hacer.[1] Sin duda es un libro fascinante por la trama y por los detalles. Rut 3 relata con lujo de detalles una parte esencial de esa intrigante trama. Este capítulo inicia la solución del problema planteado al comienzo, cómo es que habrá descendencia para Elimelec.[2]
El lector cristiano de la Biblia debe ejercitar la humildad[3] en la interpretación de Rut 3. Por mucho que uno quisiera, no hay un texto bíblico ni extrabíblico que explique la costumbre por la cual Noemí le dice a Rut que haga lo que hizo. Sin embargo, quedan algunas precisiones clave por hacer para entender. Hay argumentos que se pueden esgrimir a favor de la probable costumbre para así aclarar esta embarazosa escena. No se trata de defender la reputación de Rut en contra de la evidencia, sino de evitar que nos convirtamos en ‘descodificadores aberrantes’, como de hecho los hay.[4] P.ej., afirmar que Rut estaba desnuda[5] y que es una desvergonzada es como afirmar que el profeta Eliseo era un violador, padre del hijo de la Sunamita, o que Blanca Nieves era una prostituta que se acostó con los siete enanitos, uno cada noche.[6] Así, se llega a una “interpretación aberrante” sea por no percibir los sentidos metafóricos de un texto o por inventarlos donde no existen.
Primero, parece que sí se trata de un “medio acostumbrado” para proponer matrimonio, porque, junto con las instrucciones, Noemí le dice a Rut “él te dirá qué debes hacer.”[7] Esto sugiere que se trata de una práctica establecida y sabida, es decir, de una costumbre; la cual debe entenderse en el marco de la ley del levirato: la viuda sin hijos se casa con el familiar soltero más cercano al difunto.[8] Hay más costumbres en Rut 4.
Segundo, la Biblia no cuenta historias para idiotas ni espera que nos hagamos los idiotas al leerla. Si un tipo viola a una mujer, la Biblia lo cuenta (Jue 19, 2 Sam 13), si quiere hablar de erotismo, lo hace (Cantar de los Cantares); de modo pues que no es necesario ponerle al texto suspicacia ni malicia cuando no la tiene. Es decir, Rut 3 no trata de una historia eufemística que en realidad quiere contar “otra cosa”.
Tercero, el lector debe preguntarse si Rut es el libro de conductas ilícitas e inmorales. No parece. Por lo tanto, es difícil sostener que se trata de engañar a Boaz[9] si lo primero que hace Rut es decir su nombre y por qué está metida en su cama. Además, Boaz dice que Rut es una mujer virtuosa. Mujeres con este título sólo hay dos en la Biblia, la de Proverbios 31 y Rut. Es probable que la ubicación de Rut en el canon judío sea hermenéuticamente importante pues al capítulo sobre la mujer virtuosa de Proverbios 31, le sigue el relato de Rut.[10] Habría que descodificar esto mal también y concluir que por mujer virtuosa Boaz quiere referirse a la mujer mala de Proverbios. Eso sería el colmo del lector, no sólo aberrante, sino depravado.
En cuarto lugar, es igualmente importante lo que dice el libro sobre Boaz: aunque es el patrón con posición susceptible al abuso, demuestra ser un tipo correcto; es el dueño de la finca, no se nos olvide, pero hasta la fecha se ha mantenido probo; da la impresión que sus empleados lo quieren y lo respetan. Además, el texto nos da un par de datos que deben hacer pensar que Boaz “no es el tipo” de las cosas inmorales. Él mismo dice que no es un jovencito (3:10) y llama a Rut “hija mía,” de la misma forma como la llama Noemí, la suegra de Rut. Finalmente, se debe reconocer que el relato muestra una “acción simbólica”, narrada en forma de suspenso.[11] Otros la han llamado ‘historia de sorpresa.’[12] Por eso nos da el escritor bíblico todos los detalles: “he aquí a la media noche se sobresaltó el hombre cuando al voltearse y he aquí una mujer acostada a sus pies” (Rut 3:8). Los dos he aquí y el sobresalto, indican clara y literalmente que ¡el tipo se asustó y pegó un brinco! En otras palabras, aún si era “plan de seducción” aparte de toda costumbre, el susto lo hubiera arruinado todo. FIN ©2008Milton Acosta
[8]Sin duda se trata de una especie de extensión de la ley del levirato (cp. Deut. 25:5–10; Levítico 25). Véase Roland de Vaux, Ancient Israel: Its Life and Institutions, trans. John McHugh (Grand Rapids and Livonia, MI: Eerdmans and Dove Booksellers, 1997), 21–22. Cp. David M. Howard, Jr., An Introduction to the Old Testament Historical Books (Chicago: Moody Press, 1993), 132–133.
2 comentarios:
hay Milton, primero enchinchas con tus conjeturas, y después al final sales con lo que en realidad es Bíblico, mecay que sacas de onda viejo
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