octubre 23, 2010

Serie Jonás—Temporada 2010—“No sonreiré para esta foto”

Segundo Episodio: Mi foto de perfil 

Milton Acosta, PhD



En las redes sociales nos toca poner una foto de perfil, igual como lo hacemos en la sala de nuestra casa. Esa foto hay que escogerla muy bien. Será una foto que nos gusta. La foto pretende comunicar algo permanente de nosotros para dejar una buena impresión en los visitantes. Es importante mostrar alegría, seguridad, inteligencia, bondad. Por eso gastamos mucho tiempo buscando esa foto y tomando la decisión. Un factor fundamental en la selección es que hayamos quedado bien. En síntesis, buscamos una foto donde no nos veamos feos, o por lo menos, no tanto. Si la foto tiene alguna imperfección (la foto, no uno), le haremos algunos retoques, como hacen los profesionales con las fotos que ponemos en la sala.
En cuestiones de la fe también existen formas de darnos a conocer de cierta manera. Ese papel lo juegan en parte los credos. Los credos son la foto oficial del grupo, de los cristianos juntos; cuando uno los recita dice “este soy yo”. En los credos comunicamos aspectos esenciales de lo que somos como seres humanos y con respecto a Dios. Por su brevedad, los credos apenas contienen lo esencial de la fe. Los credos son además producto de la mezcla entre contenido bíblico y circunstancias históricas. Por eso es una verdadera tragedia que tantas iglesias evangélicas en América Latina hayan abandonado o nunca conocido los credos. Hay una relación directa entre la ignorancia de los credos y la distorsión de la Biblia, ya que los credos también son marcos hermenéuticos importantes,[1] sin ser los únicos.
Veamos el caso de Jonás. Cuando el capitán del barco sorprende a Jonás durmiendo plácidamente en las entrañas del barco, le da un merecido regaño. Los marineros deciden que lo mejor es echar suertes para ver quién es el culpable de la tormenta.  La suerte cae sobre Jonás; entonces le preguntan cuál es su identidad y cuál es su responsabilidad en la gran tormenta que amenaza con despedazar el barco (Jon 1:8). Como creyente que es, Jonás tiene a su disposición todo un ramillete de credos en la liturgia bíblica; escoge uno que afirma grandes y hermosas verdades, pero resulta ser una foto de perfil.
Jonás responde: “Hebreo soy; a Yavé Dios de los cielos yo temo, que hizo el mar y la tierra firme” (Jon 1:9). Todo esto es cierto. Pero hay algo que no es cierto del todo. Se trata de “temo a Yavé Dios”.[2]
Se podría decir que Jonás sí teme a Yavé, Dios de Israel, en el sentido de “mi Dios es Yavé y no otro” (Marduk o Baal, por ejemplo). La afirmación podría entenderse así y pasar desapercibida en boca de otro en otro momento; pero no en esta historia. Temer a Dios en la Biblia es sinónimo de obedecer a Dios, y eso es precisamente lo que Jonás no está haciendo en ese momento. Jonás actúa como la reina que mantiene en su perfil la foto del día cuando le pusieron la corona, aunque hoy pesa cincuenta kilos más.
Pero, el asunto no quedó allí. Jonás tuvo que admitir que había otras fotos, pero poco dignas para el perfil. Así que, en un diálogo que se ha omitido, confesó que estaba huyendo de Dios.[3] Esto causa todavía más pánico en los marineros pues se confirma lo que la suerte ya había dicho.
Quizás Jonás respondió mecánicamente. Hay quienes dicen que ese es el problema de los credos y que por eso no los recitan; hasta dicen que Jesús estaba en contra de recitar oraciones cuando habló de las “vanas repeticiones”. Nadie puede negar que eso puede ocurrir con todo lo que se repite: se vuelve mecánico y pierde sentido. Pero la Biblia ni Jesús en ninguna parte prohibieron recitar credos y oraciones. El credo cumple una función práctica que quizá le ocurrió a Jonás. Al recitar su credo se dio cuenta que decir “Yo temo a Dios” no era cierto en su vida en ese momento. Al recitar el credo confesó su falta.
Pruebe con “perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden” y tendrá que tomar una decisión, ser hipócrita o ser auténtico; ser religioso o ser discípulo de Cristo. A fin de cuentas, es importante escoger bien la foto del perfil.©2010Milton Acosta         

Próximo episodio: Una sonrisa sospechosa


[1]Patrick D. Miller, "Rethinking the First Article of the Creed," Theology Today 61 (2005): 500.
[2]Según Radday, Jonás 1 es un quiasmo cuyo centro es el v. 9. Yehuda Radday, "Chiasmus in Hebrew biblical literature," en Chiasmus in Antiquity, ed. John W. Welch (Hildesheim: Gerstenberg, 1981; reprint, Research Press, 1998), 60.
[3]Raymond F. Person, In conversation with Jonah: Conversation analysis, literary criticism, and the book of Jonah (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1996), 74.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por publicar estas reflexiones, y más por desprenderlas de la extraordinaria historia de Jonás. Me temo que al "subir" la foto del perfil, inevitablemente algunso rasgos de Jonás quedan capturados. Que el Señor me ayude a ser auténtico y discípulo de Cristo.

Quedamos a la espera de la sonrisa sospechosa.

Un abrazo,
Edison Ramírez