Salmos, culto y asesinatos
Milton
Acosta, PhD
Al culto
cristiano evangélico latinoamericano le expropiaron uno de sus bienes más
preciados y nadie se dio cuenta. El libro más usado, citado y comentado en las
tradiciones judías y cristianas fue erradicado del culto y no nos dimos por
enterados. ¿Qué pudo haber tenido tanto poder como para eliminar de tajo una de
las mayores fuentes de riqueza teológica de la tradición cristiana? ¿Qué
anestesia pudo haber sido tan eficaz como para que nadie sintiera su ausencia,
ni protestara por el despojo o por lo menos preguntara por qué? Parece mentira, pero
el libro que más sentido da a la adoración y a la piedad cristianas ya no está:
los Salmos.
¿Cómo puede
alguien orar siempre aparte de los Salmos? Le toca improvisar, inventar todas
sus oraciones, hacer teología a la velocidad del sonido. ¿El que esto hace cree
que supera a los Salmos en belleza, teología y sentimiento? ¿No es esto como
cambiar la música clásica por reggaetón? Un ejemplo bastará para mostrar qué
hemos perdido y después decidimos lo de la música.
La denuncia
contra los asesinatos selectivos, frecuentes y sistemáticos que se cometían en
el antiguo Israel por razones económicas o por venganzas es común en los
profetas bíblicos (p. ej. Is 1:10-17; Jer 22:13-19; Ez 22:1-16). Este tipo
específico de denuncia la hacen hoy en día principalmente los periodistas
investigadores y las organizaciones o individuos que, por sus funciones, tienen
acceso a información completa y exacta de las atrocidades cometidas. Poco
investigan los medios masivos de comunicación estos asuntos, aun teniendo los
recursos para hacerlo. Uno se pregunta por qué no lo hacen, siendo que se trata
de cuestiones tan graves que afectan a tantas personas.
Aparte de
la denuncia conocida de los profetas, en los Salmos figuran oraciones sobre
estos temas, lo cual indica que en el culto, y más específicamente en la
oración que tiene lugar en el culto, hay oportunidad para la sensibilización de
los creyentes a estos asuntos y para recibir orientación sobre cómo orar. Estas
oraciones provienen de quienes han experimentado la amenaza y la persecución
por parte de los poderes armados.
Hay gente
que huye porque ha cometido algún delito o por ser parte de organizaciones
delincuenciales. Pero también hay gente que huye por hacer el bien; porque al
hacerlo “perjudican” los intereses de gente mala; y como para estos malos la
única manera de vivir es matando, entonces eliminan a todo aquel que se les
interponga en su camino de maldad. Estos son temas de oración en los Salmos.
Los Salmos
140 y 142, por ejemplo, nos ayudan a orientar nuestra oración al
sensibilizarnos sobre: 1) Cómo se sienten la gente buena perseguida por los
violentos. 2) La indefensión en la que están estas personas. 3) La magnitud de
la maldad de los violentos y su capacidad de actuar sin que las autoridades los
puedan detener. Y también a preguntarnos en la oración: 1) ¿A quién le importa
la muerte de estas personas? 2) ¿Celebramos todo escape de la muerte y
condenamos a todos los violentos por igual? 3) Rechazamos todos los actos
violentos por igual? 4) ¿Hay algún tipo de violencia que nos gusta? Qué tal
orar un domingo en la iglesia con los salmos 140 y 142 por la gente de nuestro
país que vive amenazada solo por hacer el bien.
Los
individuos que oran en estos salmos no son evangelistas ni distribuidores de
Biblias. Son simplemente personas que han incomodado a algún violento. Así como
oramos por la iglesia perseguida, valdría la pena orar también por otros
perseguidos que igualmente se dedican a hacer el bien, a defender la vida y
nuestro planeta. El Salmo 5 declara lo que piensa Dios de estos individuos
dedicados al asesinato de los defensores de la vida. El asesino por definición
se ha rebelado contra Dios y ha hecho de Dios su enemigo.
La
propuesta que aquí hacemos no es que leamos ciertos salmos todo el tiempo hasta
que la hoja cambie de color y luego se caiga. La práctica que se perdió es la
que debemos recuperar, leer todos los salmos en el culto a lo largo de un año,
o dos, o tres. Para eso necesitaremos un leccionario, lo cual ya está hecho, es
gratis y de fácil acceso.
La pérdida
del leccionario en las iglesias cristianas evangélicas ha significado que los
creyentes estén a merced de las ocurrencias semanales de los directores de la
alabanza, con sus oraciones y teologías improvisadas. Ha significado la pérdida
de la oración que ha sobrevivido el paso de los siglos; nada menos. Algo habrá
que hacer porque si hay un lujo que los cristianos no podemos darnos es
pretender adorar a Dios sin los Salmos. Históricamente, culto cristiano sin los
Salmos no se ha conocido. Es una parodia de culto religioso y como tal perjudicial
para la salud espiritual.
A todas
estas, ¿qué tal el vallenato? ¿o mejor la salsa? “Ay pero las sinfónicas tocan
porro”. Bueno, entonces que las papayeras toquen Bach también; un “ay ombe” allegro
en re sostenido mayor con un aire de ardiente deseo” no quedaría mal.
2 comentarios:
¿ Cómo puedo adquirir el leccionario? He intentado buscarlo por la internet, pero no ha sido posible. Agradezco si me guía un poco.
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