julio 10, 2018

Oración bíblica contextualizada


Salmos, culto y asesinatos

Milton Acosta, PhD

Al culto cristiano evangélico latinoamericano le expropiaron uno de sus bienes más preciados y nadie se dio cuenta. El libro más usado, citado y comentado en las tradiciones judías y cristianas fue erradicado del culto y no nos dimos por enterados. ¿Qué pudo haber tenido tanto poder como para eliminar de tajo una de las mayores fuentes de riqueza teológica de la tradición cristiana? ¿Qué anestesia pudo haber sido tan eficaz como para que nadie sintiera su ausencia, ni protestara por el despojo o por lo menos preguntara por qué? Parece mentira, pero el libro que más sentido da a la adoración y a la piedad cristianas ya no está: los Salmos. 

¿Cómo puede alguien orar siempre aparte de los Salmos? Le toca improvisar, inventar todas sus oraciones, hacer teología a la velocidad del sonido. ¿El que esto hace cree que supera a los Salmos en belleza, teología y sentimiento? ¿No es esto como cambiar la música clásica por reggaetón? Un ejemplo bastará para mostrar qué hemos perdido y después decidimos lo de la música.

La denuncia contra los asesinatos selectivos, frecuentes y sistemáticos que se cometían en el antiguo Israel por razones económicas o por venganzas es común en los profetas bíblicos (p. ej. Is 1:10-17; Jer 22:13-19; Ez 22:1-16). Este tipo específico de denuncia la hacen hoy en día principalmente los periodistas investigadores y las organizaciones o individuos que, por sus funciones, tienen acceso a información completa y exacta de las atrocidades cometidas. Poco investigan los medios masivos de comunicación estos asuntos, aun teniendo los recursos para hacerlo. Uno se pregunta por qué no lo hacen, siendo que se trata de cuestiones tan graves que afectan a tantas personas.
Aparte de la denuncia conocida de los profetas, en los Salmos figuran oraciones sobre estos temas, lo cual indica que en el culto, y más específicamente en la oración que tiene lugar en el culto, hay oportunidad para la sensibilización de los creyentes a estos asuntos y para recibir orientación sobre cómo orar. Estas oraciones provienen de quienes han experimentado la amenaza y la persecución por parte de los poderes armados.

Hay gente que huye porque ha cometido algún delito o por ser parte de organizaciones delincuenciales. Pero también hay gente que huye por hacer el bien; porque al hacerlo “perjudican” los intereses de gente mala; y como para estos malos la única manera de vivir es matando, entonces eliminan a todo aquel que se les interponga en su camino de maldad. Estos son temas de oración en los Salmos.

Los Salmos 140 y 142, por ejemplo, nos ayudan a orientar nuestra oración al sensibilizarnos sobre: 1) Cómo se sienten la gente buena perseguida por los violentos. 2) La indefensión en la que están estas personas. 3) La magnitud de la maldad de los violentos y su capacidad de actuar sin que las autoridades los puedan detener. Y también a preguntarnos en la oración: 1) ¿A quién le importa la muerte de estas personas? 2) ¿Celebramos todo escape de la muerte y condenamos a todos los violentos por igual? 3) Rechazamos todos los actos violentos por igual? 4) ¿Hay algún tipo de violencia que nos gusta? Qué tal orar un domingo en la iglesia con los salmos 140 y 142 por la gente de nuestro país que vive amenazada solo por hacer el bien.

Los individuos que oran en estos salmos no son evangelistas ni distribuidores de Biblias. Son simplemente personas que han incomodado a algún violento. Así como oramos por la iglesia perseguida, valdría la pena orar también por otros perseguidos que igualmente se dedican a hacer el bien, a defender la vida y nuestro planeta. El Salmo 5 declara lo que piensa Dios de estos individuos dedicados al asesinato de los defensores de la vida. El asesino por definición se ha rebelado contra Dios y ha hecho de Dios su enemigo.

La propuesta que aquí hacemos no es que leamos ciertos salmos todo el tiempo hasta que la hoja cambie de color y luego se caiga. La práctica que se perdió es la que debemos recuperar, leer todos los salmos en el culto a lo largo de un año, o dos, o tres. Para eso necesitaremos un leccionario, lo cual ya está hecho, es gratis y de fácil acceso.

La pérdida del leccionario en las iglesias cristianas evangélicas ha significado que los creyentes estén a merced de las ocurrencias semanales de los directores de la alabanza, con sus oraciones y teologías improvisadas. Ha significado la pérdida de la oración que ha sobrevivido el paso de los siglos; nada menos. Algo habrá que hacer porque si hay un lujo que los cristianos no podemos darnos es pretender adorar a Dios sin los Salmos. Históricamente, culto cristiano sin los Salmos no se ha conocido. Es una parodia de culto religioso y como tal perjudicial para la salud espiritual.

A todas estas, ¿qué tal el vallenato? ¿o mejor la salsa? “Ay pero las sinfónicas tocan porro”. Bueno, entonces que las papayeras toquen Bach también; un “ay ombe” allegro en re sostenido mayor con un aire de ardiente deseo” no quedaría mal.

2 comentarios:

calles de la tarde dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
calles de la tarde dijo...

¿ Cómo puedo adquirir el leccionario? He intentado buscarlo por la internet, pero no ha sido posible. Agradezco si me guía un poco.